Sobre el nuevo decreto de pensiones: algunos cálculos de urgencia

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Tras varios meses de negociaciones, los detalles de la fase final de la reforma en curso del sistema público de pensiones se han cerrado a toda prisa. El pasado 10 de marzo, viernes, el Gobierno anunciaba que había alcanzado un acuerdo con los sindicatos que contaba también con la aquiescencia de la Comisión Europea, aunque no con la de la patronal o el grueso de la oposición parlamentaria. El acuerdo se firmó oficialmente el miércoles, día 15, el correspondiente Real Decreto-ley (RDL) fue aprobado por el Consejo de Ministros del día 16 y su convalidación se votará en el Congreso mañana, día 30 de marzo. Así pues, en menos de tres semanas se dará por cerrada la tramitación de una norma con importantes implicaciones para nuestro sistema público de pensiones y por lo tanto para nuestras cuentas públicas. El texto, que ha concitado la crítica prácticamente unánime de los especialistas académicos y ha generado dudas en la AIReF y el Banco de España, habría merecido una discusión más detallada, informada y serena de la que ha tenido.

Con el objetivo de contribuir a esta discusión, Fedea ha publicado una nota en la que se presentan estimaciones de los efectos de las principales medidas adoptadas en las distintas fases de la reforma sobre los ingresos y los gastos del sistema de pensiones. Sus resultados, que se resumen en esta entrada, apuntan en la misma dirección que nuestros anteriores trabajos sobre el tema. En su conjunto, la reforma que ahora se cierra aumentará mucho más el gasto en pensiones que los ingresos por cotizaciones, condenando al sistema público de pensiones a un déficit básico (antes de transferencias del Estado) importante y rápidamente creciente (al menos de 2030 en adelante, pero posiblemente desde antes) que habrá que cubrir con ingresos generales, dejando poco margen para otras prioridades. No sería mala idea tramitar el texto como proyecto de ley y aprovechar la ocasión para darle otra pensada y buscar un consenso más amplio.

Los resultados del trabajo se resumen en los Gráficos 1, 2 y 3. La reforma incrementará muy notablemente el gasto esperado, pero sólo aumentará modestamente los ingresos del sistema, con lo que el déficit básico de la Seguridad Social aumentará muy significativamente en las próximas décadas, hasta acercarse a los 5 puntos de PIB en torno a 2050. El gasto observado (o presupuestado) hasta 2023, por otra parte, muestra ya una desviación significativa con respecto a las proyecciones del último Informe de Envejecimiento que no se debe sólo a la caída del PIB con la crisis del Covid y podría, por tanto, no tener un carácter meramente transitorio.

Referencias

de la Fuente, A. (2023). “Sobre el nuevo decreto de pensiones: algunos cálculos de urgencia.” FEDEA, Colección Apuntes no. 2023-08. Madrid.   

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