Indicadores de competencias y calidad de la educación

El nivel de conocimientos y competencias de la población puede ser muy distinto en países con niveles similares de escolarización si existen diferencias en la calidad de sus sistemas educativos.

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Muchos de los estudios empíricos que analizan la relación entre la acumulación de capital humano y el crecimiento económico se han realizado con datos sobre la cantidad de educación que ha recibido la población en edad de trabajar, medida generalmente por el número medio de años de escolarización. Resulta evidente, sin embargo, que esta variable sólo puede ser un indicador muy imperfecto del stock de capital humano porque el nivel de conocimientos y competencias de la población puede ser muy distinto en países con niveles similares de escolarización si existen diferencias en la calidad de sus sistemas educativos o en la medida en la que tales conocimientos se acumulan o mantienen a través de otros canales, como la formación de adultos o el aprendizaje en el trabajo. En tiempos recientes, los investigadores han sido cada vez más conscientes de las limitaciones de este indicador y han prestado una atención creciente a la calidad de la educación y a indicadores directos de las competencias y habilidades de la población que pueden ser un complemento muy útil de los datos de años de educación.

La calidad relativa de la educación se ha intentado aproximar fundamentalmente a partir de los resultados en pruebas internacionales estandarizadas que miden los conocimientos o competencias de la población escolar. Las pruebas estandarizadas a estudiantes (de primaria y/o secundaria) que se han utilizado en estos estudios son de dos tipos. El primero mide su desempeño académico y se centra en el dominio de los temarios estándar de las materias más importantes. El segundo se centra en su posesión de habilidades cognitivas, fundamentalmente el dominio del lenguaje y de las matemáticas básicas (lo que podríamos llamar alfabetismo lingüístico y numérico), más que en su desempeño académico en el sentido tradicional. A estos dos tipos de pruebas a estudiantes hay que sumar un tercer grupo de tests que se centra también en el alfabetismo en sentido amplio, pero cubre a toda la población adulta en vez de a la escolar, proporcionando así un indicador directo de las competencias del conjunto de la población, con independencia de su origen, que en principio es lo que más se acerca conceptualmente a la variable que nos gustaría medir.

En el resto de esta entrada se analiza la distribución en una muestra de 21 países de la OCDE de algunos indicadores de cantidad y calidad de la educación. El primero son los años medios de escolarización de la población adulta y el segundo un indicador directo de su nivel de competencias y habilidades basado en los resultados de PIAAC. El tercer indicador es el promedio de los resultados alcanzados en diversas pruebas de desempeño académico y de habilidades estudiantiles realizadas hasta 2005, entre las que se incluyen los tests de PISA y otros de carácter más académico. 

Indicadores seleccionados de capital humano en torno a 2010

Media muestral no ponderada = 100
Clave: Po = Portugal; Sp = España; It = Italia; Gr = Grecia; Fr = Francia; Ir = Irlanda; US = Estados Unidos; UK = Reino Unido; Can = Canadá; Ge = Alemania; Os = Austria; Dk = Dinamarca; NZ = Nueva Zelanda; Be = Bélgica; No = Noruega; Swe = Suecia; CH = Suiza; Nl = Países Bajos; Fi = Finlandia; Ja = Japón.

Este gráfico resume la distribución de las tres variables, con los países ordenados de acuerdo con el indicador de competencias de la población adulta. De acuerdo con esta variable, los países del sur de Europa muestran los peores resultados, seguidos de los países anglo-sajones y del centro de Europa, mientras que la Europa del Norte y Japón copan los primeros puestos de la clasificación. El desempeño de los países en términos de competencias estudiantiles y años medios de escolarización se desvía con frecuencia de este patrón. Así, por ejemplo, los EEUU, Canadá, Noruega y Suecia lo hacen mucho mejor en términos de años de escolarización que de competencias de la población adulta, mientras que en Europa del Sur sucede lo contrario. En términos generales, las competencias estudiantiles tienden a situarse por encima de las del conjunto de la población adulta para los menores valores de esta segunda variable, y por encima de ellas en la parte superior de la distribución.

Rankings nacionales en torno a 2010

Competencias  población adultaDesempeño  estudiantilAños de escolarizaciónRanking mediorango max – min ranking
Japón1162,75
Países Bajos3374,34
Suiza4284,76
Finlandia26116,39
Suecia51728,015
Estados Unidos15818,014
Canadá13938,310
Dinamarca97108,73
Alemania12598,77
Bélgica74179,313
Australia1015510,010
Noruega621410,317
Austria11141212,33
Francia17111313,76
Irlanda16101513,76
Reino Unido14131413,71
Nueva Zelanda8191614,311
Italia19161918,03
Portugal21122118,09
Grecia18201818,72
España20182019,32

El Cuadro muestra los rankings de los países de acuerdo con los mismos tres indicadores, junto con el ranking medio de cada país y su rango de rankings, definido como la diferencia entre su peor y su mejor ranking. Mirando el cuadro, está claro que los tres indicadores generan ordenaciones muy diferentes. En algunos casos, las diferencias entre indicadores para un país determinando son muy llamativas. Por ejemplo, Suecia y Noruega lo hacen bien en términos de competencias de adultos (donde aparecen en las posiciones 5 y 6) pero muy mal en términos de los resultados estudiantiles en tests estandarizados (donde caen a las posiciones 17 y 21 respectivamente), mientras que los EEUU pasa de la primera posición en años medios de escolarización a la número 15 cuando consideramos las competencias de los adultos. Japón, los Países Bajos, Suiza y Finlandia presentan buenos rankings en términos de las competencias de los adultos y el desempeño estudiantil, pero no tanto cuando se trata de años de escolarización.

Finalmente, la Europa del Sur muestra de forma consistente un mal desempeño en términos de todos los indicadores, con la excepción parcial de Portugal, que ha mejorado muy sustancialmente sus resultados en los tests internacionales de competencias estudiantiles hasta situarse en torno a la media en años recientes. Para el caso de España, quedémonos con la advertencia de que no vamos bien, y con la constatación de que esto puede cambiarse si nos ponemos en serio a ello, como ha hecho Portugal en los últimos tiempos.

Documento

de la Fuente, A. y R. Doménech (2021). “Cross-country data on skills and the quality of schooling: a selective survey.” FEDEA, Documento de Trabajo no. 2021-15. Madrid.
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